La inspiración necesita de alguien dispuesto a aceptar el reto. QuickSteam y su CEO, Javier Lorenzana, son un buen ejemplo de ello.

Durante un viaje a Bogotá, Javier se percata de que dentro de la modernidad y tecnología punta que caracteriza hoy a los grandes hoteles (ejemplificada en multitud de servicios y dispositivos) existe algo que desentona. ¿Por qué algo tan necesario, como es tener tu ropa bien planchada, requiere de un artefacto (o para ser más exactos, dos) tan aparatoso, imposible de llevar con uno mismo y usado previamente por desconocidos? 

De este modo, QuickSteam nace como respuesta a una carencia, pero con el objetivo de no quedarse únicamente en eso, sino de ir más allá. Porque si algo caracteriza a Javier, además de un espíritu intrépido y valiente, es su conciencia medioambiental y humana. Y este espíritu, irremediablemente, debía trasladarse a su proyecto.

Los productos desarrollados por QuickSteam, distribuidos a los hoteles, convenciones, franquicias y complejos turísticos más avanzados del mundo, solucionan diversas necesidades cotidianas, pero siempre a partir de una mentalidad responsable con la Naturaleza y un diseño innovador. Es ahí donde radica su verdadero propósito.

En relación a este carácter humano, un porcentaje de cada venta en QuickSteam va destinado a fines benéficos. Esta condición, firme e irrenunciable, tiene su origen en la misma concepción de la empresa: nos complace profundamente que nuestros clientes, de un modo consciente o no, nos ayuden a hacer del mundo un lugar mejor. Poco a poco; gesto a gesto.